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EL VALOR ECONÓMICO DE LOS ÁRBOLES

VALOR ECONÓMICO DE LOS ÁRBOLES

¿Pagamos facturas de oxígeno a los árboles?

En un mundo donde todo esta mercantilizado, todo se compra, se vende y se comercializa, la energía imprescindible para el correcto funcionamiento de toda actividad económica, el oxígeno, producido por árboles y algas, se da por hecho que tiene que ser gratis.

El problema surge cuando el número de árboles decrece de manera constante a lo largo de varias décadas, y la cantidad de oxígeno en la atmósfera comienza a menguar de forma permanente.

¿No nos encontramos ya, en un punto de anti-civilización, en él que el reconocimiento económico del valor de los árboles comienza a ser una necesidad para comprender la escala de nuestra auto-destrucción como modelo económico?

¿Si los árboles no son valorados como activo económico, o como una de las mayores empresas mundiales energéticas, como van a ser protegidos sus derechos a la hora de existir en un mercado, que solo contempla la actividad humana, como fórmula egocentrista que destruye la calidad del aire, matando a millones de árboles, afectando negativamente a la salud, y por tanto produciendo una incidencia negativa que afecta de manera creciente al posible desarrollo o generación de expectativas de cualquier modelo económico en un futuro?

Los árboles ejercen una actividad económica, que tiene un valor, que puede ser calculado, y que daría como resultado una de las mayores corporaciones no humana de la Tierra, que desarrolla una actividad gracias a la cual el resto de empresas es capaz de sobrevivir en el entorno y crecer y desarrollarse en el mercado.

Aportan oxígeno, capturan CO2 y producen una parte de los recursos alimenticios, dan cobijo a polinizadores, generan recursos como la madera o papel, filtran el aire de productos nocivos, hidratan la tierra, aportan recursos farmacológicos y medicinales, y sirven como barrera a los desiertos y fenómenos orbitales y atmosféricos extremos. Los árboles garantizan la salud de los ecosistemas, la salud de las personas y la salud futura de ecosistemas y personas.

Es por ello que la actividad económica que aportan los árboles debería ser reconocida, y potencialmente ser el vehículo de crecimiento del futuro. Aflorar nuevas actividades y reconocer valor allí donde no se reconocía es la forma más rápida y eficaz de re-evaluar los PIBs mundiales y conseguir que muchos países sean avanzados, solo por la cantidad de biodiversidad que albergan, un activo muy valioso, que hasta ahora los economistas han maltratado por ignorarlo y computarlo únicamente como un activo de donde explotar beneficio a corto plazo, o un activo que destruir, aunque esto suponga matar a un activo, que es más valioso y genera más actividad económica, y más valor a largo plazo, que la explotación ineficiente o asesinato de este activo, que son los árboles.

¿Cuánto cuesta un árbol?

Para el modelo económico vigente, prácticamente nada.

En la Unión Europea, un árbol de entre 10-50 años, cuesta entre 20 euros y 500 euros

¿Cuánto va a costar un árbol en el futuro?

Va a costar más, su valor se va a incrementar a medida que la deforestación y desertización avanzan y a medida que las catástrofes naturales y la contaminación destruyen más ecosistemas.

¿Cuánto cuesta un árbol centenario?

Miles de euros, decenas de miles de euros e incluso millones de euros.

¿Cuánto cuesta un árbol milenario?

Millones de euros.

Vivimos en un modelo que le da valor al ganado, y no le da valor a los bosques, que son los que permiten que el ganado sobreviva y que las personas le den un valor al ganado.

La desconsideración económica hacia los árboles, en comparación a la consideración económica de grandes monocultivos, es otro de los absurdos económicos mas graves desarrollados a gran escala en las últimas décadas.

Los árboles y los bosques aportan una contribución al PIB, que es ignorada y literalmente da oxígeno al PIB, para poder realizar su actividad de cuantificación de la actividad, literalmente obviando la contribución de los árboles, y obviando su potencial computo en los cálculos que predeterminan los resultados.

Esta ignorancia voluntaria, de borrar, de no reconocer ni plantear reconocimiento alguno del valor de los árboles y algas, y su contribución al proceso energético del desarrollo de cualquier actividad por parte del hombre, supone una de las principales barreras económicas de limitación del concepto de economía energética en un mundo globalizado por la humanidad, que precisamente por no reconocer este valor económico, ni querer reflejarlo en su contabilidad, se enfrenta a un colapso de su sistema económico, que no ha sabido cuantificar, ni ha querido reconocer la actividad económica, que tiene un gran impacto en la salud, y que por ello, puede provocar la incapacidad reproductiva y psicológica de la propia humanidad de enfrentarse a un mundo dominado por máquinas donde los niveles cada vez más bajos de oxígeno en la atmósfera impiden el correcto desarrollo de los programadores de máquinas.

Los árboles son grandes activos para cualquier economía, y el no reconocimiento de su valiosa contribución al correcto desarrollo de cualquier actividad económica en la Tierra, esta provocando la deforestación total de las grandes selvas, así como de innumerables bosques, dejando tras de sí, la perdida de nutrientes, antioxidantes, protección de la tierra y perdida de oxígeno. Una perdida energética que tras décadas de sobre-explotación ineficiente, provoca una deuda energética muy difícil de reemplazar e imposible de sustituir por la tecnología actual.

Los árboles ejercen con su actividad diaria procesos mas sofisticados que cualquier robot o máquina diseñados por la humanidad. Su actividad de utilizar la luz solar para producir oxígeno, sin requerir de más energía, los lleva a la pirámide de eficiencia energética que además permite el desarrollo de otras formas de vida como los animales. Seguir ignorando, que al talar árboles, se asfixia a las personas con asma, y no computar el coste de oportunidad perdido a largo plazo, por el beneficio generado a corto plazo, entendiendo que la pérdida se convierte en exponencial, mientras que el beneficio, es apenas beneficio, es uno de los grandes problemas del modelo pos neoliberal capitalista. Modelo donde no se computan las deudas medioambientales generadas a largo plazo, y que gracias a ello, al no contabilizar también las externalidades negativas de las actividades supuestamente económicas que se desarrollan, se permite generar un beneficio efímero, mientras que se amontonan deudas y deudas para las generaciones futuras, que en muchos sentidos son impagables.

Consultar artículo Deuda Integeneracional Climática

Los árboles tienen un gran valor económico, reconocerlo solo haría a la economía, sociedad y salud del futuro, mejorar sus expectativas y corregir un modelo destructor por uno realmente productivo.

www.biomima.org

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